El Nidal

Juego y movimiento
El Nidal es un espacio de Juego y movimiento para bebés (de 6 a 30 meses), acompañados de una persona adulta de referencia.
El Nidal ofrece un lugar de cuidado y disfrute y una nueva mirada al acompañamiento a los bebés en sus primeros procesos de actividad, desarrollo y movimiento.
Una alternativa de encuentro, en un contexto respetuoso y familiar.



¿De qué hablamos cuando hablamos de Jugar…?
El Juego, durante los primeros años, es un estado permanente de acción en el que el bebé pone a prueba sus capacidades y se conecta con sus necesidades más profundas de aprendizaje y conocimiento. En el Nidal respetamos los diferentes ritmos y personalidad de cada bebé, las peculiares características de cada un@ y sus condiciones.
El Juego ha de ser una actividad autónoma y no dirigida para cumplir su función emancipadora; para que cada bebé pueda desplegar todas sus capacidades y el control de sus decisiones. En El Nidal no se guía la actividad, sino que se asiste de manera que pueda desarrollarse segura y libre.


El desarrollo motriz
El primer gran proceso de aprendizaje de los bebés tiene que ver con las conquistas físicas y espaciales y el movimiento. Nuestro trabajo parte de las enseñanzas de dos grandes renovadoras pedagógicas como Emmi Pikler y Elfriede Hegstenberg y, sobre todo, de Ute Strub, alumna directa y colaboradora de ellas y con la cual nos hemos formado y nos ha inspirado profundamente. Sus experiencias nos dicen que el desarrollo motor de los bebés se produce de manera espontánea y no necesita adiestramiento por parte del adulto. Cada bebé lo lleva a cabo de manera programada, a su tiempo y ritmo, siempre y cuando estos se respeten.
Condiciones y asistencia adulta
Ofrecemos materiales básicos y necesarios para que cada bebé pueda desarrollar su juego. Muchos de estos materiales (objetos sensibles) no están diseñados específicamente para el juego, pero con ellos pueden experimentar de muy diversas maneras. Son sencillos, orgánicos muchos de ellos (madera, lana…) y pueden manipularse sin peligro.
La persona asistente en El Nidal no propone ni establece juicios sobre el Juego, sino que cuida el marco para que cada bebé siga su proceso de búsqueda. Si los bebés sienten respeto por su iniciativa, el Juego es profundo, de “dentro hacia fuera” y no al revés; se muestran activos e interesados y apenas se generan conflictos.
El Nidal es un lugar de cuidado también para l@s acompañantes. Tomar tiempo para observar a nuestro bebé y a los demás, sin expectativas, contemplando la increíble riqueza de la actividad. En El Nidal intentaremos resolver todas las dudas que puedan surgirte en todas las cuestiones que tengan que ver con el juego, los primeros procesos de aprendizaje o el desarrollo motriz.
Mi hija va al Nidal desde que cumplió 10 meses. Es un espacio muy agradable y con muchas opciones para que los peques jueguen libremente, siempre acompañados por un facilitador, Carlos, que les trata con mucho respeto y cariño. Nunca hay más de cinco bebés por sesión (2 horas), lo que hace que sea un sitio tranquilo, donde mamás y papás también pueden relajarse y simplemente observar, leer, escribir… Cuenta con una gran variedad de materiales que es imposible tener en casa y el espacio te da ideas para luego poner en práctica por tu cuenta. Además, la sala está en un sitio muy céntrico de Gijón al que se puede llegar tanto andando como en autobús fácilmente. Un sitio muy amigable y respetuoso con la infancia, la verdad, y es alucinante ver cómo los peques progresan semana tras semana a todos los niveles.
Recomiendo sin dudar el Nidal. Ir e manera regular con mi pequeño le ha facilitado un espacio seguro, interesante y divertido para explorar y jugar, y a mi poder observarle con libertad y sin el peso de tener que estar vigilante (aunque sí disponible). Todo gracias al cariño y cuidado de Carlos, quien de manera respetuosa quedaba al cargo de los límites, y de que todo fluyera. Ha sido una experiencia muy positiva ¡tanto para el desarrollo de mi hijo como para mi salud mental!
I have been going to this place with my son since he was 10 months old. It has been amazing to see him grow and interact with the space, with the other kids and of course with Carlos! It’s difficult to put into words what makes the place so special; the kids just get to be. The environment is prepared for them to spark their curiosity and motivate them to discover and the facilitator provides impulses for play that aligns with the interest and developmental stage of each child.I remember when I came for the first time, I was very sceptical… I had tried some other activities with my son and the facilitators would try to make him join and have him move when he just wanted to sit and observe.
El Nidal is different, it’s truely child-led. First my son would sit on my lap for almost the whole session, but over time he started to get interested in the other kids and the materials in the space. Carlos also does a fantastic job engaging the kids without forcing anything; putting out rattles when he noticed that my son loved to shake things, putting out mats when he realized that my son didn’t like crawling on the carpet, etc.
Now we are going to El Nidal twice a week for 2h and my son is thriving. He gets excited when I tell him that we are going to Carlos, plays for 2h straight when we are there and has started to ask to see the other kids randomly. He seems to love it and I am really grateful for this place!